Cómo Superar la Terquedad en la Pareja
- linammq
- 9 may
- 3 Min. de lectura
En muchas relaciones, el amor no es el problema. El verdadero desafío aparece cuando ambos miembros son tercos, intensos y con una fuerte necesidad de tener la razón. Lo que empieza como una diferencia de opinión puede escalar en discusiones interminables, silencios tensos o conflictos que desgastan el vínculo.
Aunque estas parejas suelen tener personalidades fuertes y apasionadas, también pueden caer en dinámicas de poder y control si no aprenden a ceder, escuchar y comunicarse desde la conciencia, no desde el ego.
¿Qué ocurre cuando ambos son tercos?
Cuando los dos en la pareja tienen una personalidad dominante o terca, pueden surgir patrones como:
1. Discusión constante
Cada tema se vuelve una batalla, incluso los pequeños desacuerdos. Nadie quiere ceder por temor a “perder”.
2. Competencia emocional
En vez de colaborar, compiten por quién tiene la razón, quién sufre más o quién “gana” la conversación.
3. Dificultad para pedir perdón
Ambos sienten que ceder es rendirse. Y en vez de asumir errores, justifican o contraatacan.
4. Desgaste emocional
Vivir en modo confrontación agota. La pareja se vuelve un campo de tensión en lugar de un refugio.
¿Por qué pasa esto?
Detrás de la terquedad suele haber:
Miedo a ser vulnerables.
Necesidad de control o de ser validados.
Aprendizajes de la infancia donde ceder era interpretado como debilidad.
Aceptar esto no es excusa para seguir en el mismo patrón, sino un punto de partida para cambiarlo.
Tips para armonizar una relación entre dos personas tercas
Aquí tienes estrategias prácticas que pueden ayudar a transformar la dinámica sin que ninguno tenga que “perder”, sino que ambos ganen en madurez y conexión:
1. Acuerden que no todo se trata de ganar
Regla clave: “En esta relación, no estamos compitiendo. Somos un equipo.”
• Hagan un pacto: cuando una conversación se convierte en lucha de egos, ambos deben parar y reencuadrar el objetivo: comprender, no ganar.
2. Practiquen la pausa consciente
Antes de responder impulsivamente o defender su punto de vista, tómense unos segundos para respirar y pensar:
¿Quiero tener la razón o quiero conectar?
¿Esto es tan importante como para pelear?
¿Estoy escuchando o solo esperando mi turno para hablar?
3. Escucha activa, no combativa
Ejercicio práctico: En una discusión, uno habla y el otro solo repite con sus propias palabras lo que entendió antes de dar su opinión. Esto obliga a escuchar de verdad y reduce malentendidos.
4. Normalicen ceder como un acto de amor, no de debilidad
Ceder no es perder poder. Es ganar paz y respeto mutuo.
Establezcan el acuerdo de que ceder a veces es sano si no atenta contra los valores personales.
Elijan sus batallas: no todo merece una discusión de 40 minutos.
5. Incorporen el humor como válvula de escape
A veces, una dosis de humor suave puede desactivar la tensión y recordarles que están del mismo lado. Reír juntos crea conexión y reduce el drama.
6. Trabajen el ego individualmente
Una relación saludable requiere personas que no necesiten “tener razón” para sentirse validadas.
Consideren terapia individual o de pareja para entender de dónde viene esa necesidad de control o corrección constante.
Cultiven la humildad emocional: todos nos equivocamos, todos tenemos algo que aprender.
7. Usen palabras puente, no palabras muro
Eviten frases como:
“Siempre haces lo mismo.”
“Nunca me escuchas.”
“Estás equivocado.”
Prefieran:
“Lo entiendo, pero yo lo veo diferente.”
“Me cuesta aceptar esto, ¿podemos hablarlo con calma?”
“No estoy de acuerdo, pero quiero entender tu punto."
Amar más que tener razón
En una pareja donde ambos son intensos y tercos, el crecimiento puede ser exponencial… o el desgaste también. La diferencia está en la madurez emocional: saber cuándo hablar, cuándo ceder, cuándo quedarse en silencio y cuándo abrazar.
La meta no es ser iguales ni pensar lo mismo, sino construir un espacio donde la diferencia no divida, sino fortalezca. Y eso solo se logra cuando el amor pesa más que el orgullo.








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