top of page

Soltar el Control: El Arte de Confiar sin Perderte a Ti Mismo

Vivimos en una época donde tener todo “bajo control” se considera una virtud. Planificamos, analizamos, anticipamos y buscamos garantías. Pero, paradójicamente, cuanto más intentamos controlar la vida, más ansiedad sentimos. Surge entonces una pregunta inevitable: ¿y si el control que tanto defendemos es, en realidad, una ilusión?


ree

Desde la Psicología: el miedo detrás del control


El impulso de controlar suele nacer del miedo: miedo a lo desconocido, al error, al rechazo, a perder algo valioso. Nuestro cerebro, diseñado para sobrevivir, busca certezas para sentirse seguro.


Sin embargo, la vida, con su complejidad y cambio constante, no puede ser controlada. Pretender hacerlo genera estrés, frustración y una sensación permanente de insatisfacción.


Psicológicamente, soltar el control no significa rendirse, sino diferenciar lo que depende de nosotros de lo que no. Implica desarrollar tolerancia a la incertidumbre y confianza en nuestras propias capacidades. Es pasar del “todo debe salir como quiero” al “haré lo mejor que pueda, y aceptaré el resultado”.


Desde la Espiritualidad: el acto de rendirse con conciencia


En un nivel más profundo, soltar el control es un acto espiritual. Es reconocer que hay una inteligencia más grande que nosotros, llámala vida, universo, naturaleza o Dios, que sostiene los procesos de la existencia.


Cuando dejamos de forzar el curso de las cosas, empezamos a fluir con la vida, no contra ella. Esa rendición consciente no es debilidad, sino confianza. Es permitir que la vida se exprese a través de nosotros en lugar de luchar contra lo que es.


Soltar el control es abrir espacio para la sincronía, para la magia de lo inesperado. Es decirle a la vida: “confío en ti tanto como confío en mí”.


¿Cómo empezar a soltar el control?


  1. Observa tus impulsos de controlar. Pregúntate: ¿qué miedo hay detrás de esto?

  2. Practica la aceptación. No resignación, sino reconocimiento de la realidad tal cual es.

  3. Entrena la confianza. Haz tu parte y permite que lo demás se acomode a su tiempo.

  4. Medita o respira conscientemente. El control vive en la mente; la calma vive en el cuerpo.

  5. Agradece lo inesperado. A veces lo que no salió “como querías” resultó ser lo que necesitabas.

Soltar el control no es perder poder, sino recuperar tu poder interno. Es dejar de pelear con la vida y empezar a colaborar con ella. Es un acto de madurez emocional y de expansión espiritual.

Porque, al final, la verdadera libertad no está en controlar el flujo de la vida, sino en aprender a navegar con confianza y presencia.


Y te regalo un tip adicional que practico actualmente, entendí el significado real de la palabra y empecé a cambiar de palabra por observar, monitorear o simplemente, revisar. Porque asi, porque me permite entender que no estoy a cargo de todo lo que pasa a mi alrededor y por eso no esta en mi poder controlar lo que llega, sucede y pasa a mi alrededor. Y lo más importante, es reconocer que vinimos a aprender y no somos perfectos, y que por ende en cualquier momento, así todo lo tengamos claro, podemos cometer errores y aun así seguir avanzando en nuestro crecimiento personal.



Autora: Lina Moreno

 

 
 
 

Comentarios


Join the Club

Join our email list and get access to specials deals exclusive to our subscribers.

Thanks for submitting!

Suscríbete para recibir novedades exclusivas

¡Gracias por suscribirte!

Mármol

HORARIOS DE ATENCIÓN

LUNES - VIERNES

8:00am - 5:30pm

SÁBADO - BAJO RESERVA

Consultas, Talleres y Cursos 

Online

Consultas Personalizadas

En español ó inglés 

  • Facebook
  • Instagram
  • Youtube
  • Linkedin
bottom of page