Abandono emocional: la herida invisible que todos llevamos y cómo empezar a sanarla
- linammq
- 7 may
- 3 Min. de lectura
La mayoría de nosotros cargamos con una herida que no se ve, pero que duele: la del abandono emocional. No importa si tuvimos padres presentes o ausentes, parejas que nos quisieron o amistades constantes… esta herida puede estar ahí, latente, afectando la forma en que nos relacionamos, nos valoramos y nos cuidamos.
El abandono emocional no siempre se da porque alguien nos dejó físicamente. Muchas veces ocurre cuando no nos sintieron, no nos escucharon, no nos validaron, no nos eligieron emocionalmente… aunque hayan estado al lado nuestro todos los días.

¿Qué es el abandono emocional?
Es la experiencia interna de sentir que tus emociones no importan, que no tienes permiso para expresarte, o que no mereces ser amado si no cumples expectativas.
Esta herida puede venir desde la infancia, cuando:
Fuiste ignorado emocionalmente por tus cuidadores.
Te pidieron que “no llores”, “seas fuerte”, o que “no exageres”.
Fuiste el adulto emocional de tus padres siendo apenas un niño.
Recibiste afecto solo si te portabas bien o complacías.
O puede surgir en la adultez, al vivir relaciones donde:
Te sentiste solo incluso acompañado.
Te invalidaron constantemente tus emociones.
Te ilusionaron y luego te soltaron sin explicaciones.
Fuiste quien siempre sostenía, pero nunca fuiste sostenido.
Consecuencias del abandono emocional no sanado
Esta herida afecta profundamente el mundo interior. Algunas señales comunes son:
Miedo a ser una “carga” para otros.
Necesidad de complacer o miedo a poner límites.
Apego ansioso: te aferras a quien te da migajas de amor.
Dificultad para pedir ayuda o expresar necesidades.
Sabotear relaciones sanas porque “te parecen demasiado”.
En el plano espiritual y energético, esta herida bloquea el chakra corazón, baja tu autoestima energética, y alimenta la idea de que no mereces amor si no haces algo a cambio.
Sanar el abandono emocional: un regreso a ti
Sanar no es fácil, pero sí posible. Aquí algunas claves profundas:
1. Validar tu dolor
No minimices lo que sentiste. No digas “no fue para tanto” o “mis padres hicieron lo que pudieron”. Puedes honrar su historia sin negar la tuya.
2. Habitar tu mundo emocional
Reconecta con lo que sientes sin juzgar. Llora si lo necesitas. Siente tu rabia, tu tristeza, tu soledad. Son mensajeros, no enemigos.
3. Haz reparenting emocional
Conviértete tú en la madre o el padre amoroso que no tuviste. Abrázate. Felicítate. Sé compasiv@ contigo. Escucha tu cuerpo y tus emociones como nadie más lo ha hecho.
4. Sostente en tribu y en guía
Rodéate de personas que te vean, que te validen, que te sumen. Y si es posible, busca acompañamiento terapéutico o espiritual que te ayude a resignificar tu historia.
5. Trabaja energéticamente tu chakra corazón
Haz meditaciones de reconexión. Usa cuarzos como la rodocrosita o el cuarzo rosa. Escribe cartas de perdón a ti mism@ por haberte abandonado repitiendo lo que otros te enseñaron.
6. Habla con tu niñ@ interior
Pregúntale qué necesita, qué le dolió, qué anhela. Escúchal@ y dile:
“Hoy te veo. Hoy no te dejo sol@. Hoy estoy contigo.”
En Conclusión: no estás rot@, estás volviendo a ti
La herida de abandono emocional no te define. Es una parte de tu historia, pero no es tu destino. Sanarla es un proceso íntimo y valiente que te devuelve la capacidad de sentirte segur@ dentro de ti mism@.
No necesitas que alguien más te elija para sentirte valios@. Tú puedes ser hoy la presencia amorosa que siempre necesitaste.
Autora: Lina Moreno







Comentarios